domingo, 30 de octubre de 2011

SUELDOS

Hay un tipo de mendigo universal, ese que entra en el vagón del metro y te da una charla sin mucho convencimiento. La frase antológica de este profesional de la mendicidad es: "Antes prefiero pedir que robar". Dicho mendigo universal, personaje valleinclanesco que echa mano de una retórica bondadosa para enternecer al pasajero, sabe de antemano que nada va a conseguir y que provoca el escepticismo de unos pasajeros que no suelen darle nada. El mendigo universal se baja del vagón cagándose en los muertos del pasaje y decidido a pegarle el tirón a una vieja, no porque él quiera, ¡cuidado!, sino porque se ve abocado por la indiferencia de un público que va a lo suyo y que, según nuestro mendigo moralista, se convierte en cómplice y corresponsable del consabido tirón a la viejecita.
El personaje se me vino a la cabeza cuando leí que el alcalde de Mijas, don Agustín Moreno, se ha visto obligado a dimitir por coherencia personal, o sea, porque el partido le instaba a rebajarse el generoso sueldo que él mismo se había asignado. El ciudadano no sale de su asombro ante el hecho de que no haya una ley que decida por encima de los deseos de los políticos, y en estos días es un tema recurrente el comparar el sueldo de tu alcalde con el del pueblo de al lado. A ver quién lo tiene más grande. Pero lo que es verdaderamente de antología es la razón por la que el ex alcalde de Mijas justificaba esa cantidad tan estupenda de dinero. Según el político, en pueblos con una fuerte presión urbanística, el alcalde ha de estar blindado con un buen sueldo para no caer en la tentación de aceptar gratificaciones de los constructores. A esto se le llama poner el dedo en la llaga.
Los empleados infrapagados, los mileuristas, toda esa parte del país que vive lampando, deberían aplicarse el cuento: mejórenme el sueldo, por favor, porque no quiero caer en la tentación de levantarle dinero a la empresa. Lástima que a los trabajadores no se les presente la posibilidad del pillaje para poder presionar al jefe con semejante honradez.
Para colmo, luego tampoco les tiran del bolso a las abuelas. Más que buenos son tontos.
                                                                                              Elvira Lindo.  El País,18/07/2007                                                                                                                       
TEMA
El saqueo de las arcas públicas por parte de políticos sin escrúpulos.


RESUMEN

Hay alcaldes que se asignan un sueldo desorbitado ante el estupor del ciudadano que no comprende cómo no se crean leyes que regulen las retribuciones que por su cargo estos merezcan. Lo más bochornoso, no obstante, es que la razón que esgrimen algunos para justificar tales emolumentos consiste en que  si cobran mucho de las arcas públicas evitarán cometer actos corruptos aceptando el dinero de empresas con intereses urbanísticos en la zona.
Desgraciadamente, los trabajadores mal pagados no tienen acceso a tales recursos de coacción para que las empresas les remuneren mejor. 
ESTRUCTURA

Este artículo de opinión firmado por Elvira Lindo y publicado en el periódico El País está constituido por cuatro párrafos y encabezado por un título que adelanta de manera general el tema sobre el que va a girar el contenido del mismo.
En cuanto a su estructura interna consta de tres partes: la primera o planteamiento (primer párrafo),  presenta indirectamente el tema a través de un ejemplo similar al problema que se expone a continuación. El personaje del mendigo que pide para no robar le sirve a la autora como excusa para de manera analógica relacionarlo con la persona real, el alcalde de Mijas, protagonista del acto que se denuncia en el texto; en el desarrollo (segundo y tercer párrafos) se explica el atropello económico cometido por el alcalde antes mencionado, el cual se basaba en un cínico argumento para justificar un sueldo excesivo. Asimismo, se compara implícitamente este caso con la situación de indefensión en la que se encuentran los trabajadores que cobran salarios de miseria; y  la tercera parte (último párrafo) concluye el texto con una frase que sugiere la tesis de forma implícita: la necesidad de que por encima de nuestros propios intereses prevalezca la honradez.






2 comentarios:

  1. Estaría bien este tema o debería cambiar algo:
    "La injusticia del desorbitado sueldo de algunos políticos y el escaso sueldo de otros"

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  2. Sí, se ajusta bastante bien a lo que plantea el texto.

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